Científicamente conocido como Bursera graveolens, un árbol de corteza lisa que alcanza una altura de casi 10 metros, que crece en los bosques secos de la costa pacífica de Sudamérica, en los territorios de Perú, Ecuador, Bolivia y en el Mato Grosso brasileño.

Actualmente es utilizado en shalas de yoga y en spas como elemento fundamental de una deliciosa aroma terapia, ya que el palito de madera seca desprende un rico humo impregnado de propiedades espirituales, que lo hacen ideal para la meditación, la relajación e incluso es considerado como una herramienta perfecta para relajar situaciones de tensión dentro de una familia o una noche con tu love.

El Palo Santo llegó a ser conocido por el mundo gracias a la herencia de los chamanes Incas quienes prendían la rama de madera durante sus rituales religioso-espirituales, como herramienta para atraer la buena suerte y alejar cualquier signo de negatividad.

Al globalizarse se certificó que tiene usos medicinales, su esencia es utilizada para curar heridas de la piel; al calentar su corteza es perfecta para tratar afecciones estomacales tratar dolores musculares, y su aceite aromático contiene propiedades antidepresivas y diuréticas.

Lo que hace más especial a este árbol es que para conseguir todos los beneficios no puedes cortar una rama y hacerte de sus propiedades, el Palo Santo debe morir de una forma natural, por sí solo de viejito y al caer su tronco deberá permanecer sin recolectar durante unos 7-8 años secando su corteza, preparándose para deleitarnos con su aroma. Estudios recientes demostraron que talando un árbol y dejándolo secar por el mismo lapso de tiempo no se logra obtener aceite de grado terapéutico.

Tradición Milenaria de los Incas para limpiar las malas energías y con propiedades anti-estrés, justo lo que necesitamos estos días.